jueves, enero 06, 2011

Despertando a una realidad nefasta

Me he puesto a la tarea de leer de aquí para atrás estos 4 años y tanto de basura escrita en esta bitacora, en principio para contrastar mi percepción del mundo actual frente a la de hace un lustro, y segundo para burlarme de mi mismo. No es posible creer que sea el mismo que escribe estas lineas la misma persona ingenua que aun tenía ese romanticismo montañero que creia aun en buscar caminos de cambio de este pueblo idiota al que no lo arregla nada mas que un meteorito que borre todo y lo inicie de cero.



Todo partió de la base según la cual todo se reducía a un simple problema de pensamiento colectivo lo que hacia que, al no tener una identidad común, no teníamos tampoco un norte común. No existe una identidad clara de estado-nacion por lo tanto había que buscarla y según las estupideces de lo que he escrito hasta ahora eso solucionaría el problema en un porcentaje más que importante.
Pero no. El problema no solo es mas profundo sino que no tiene solución. Es una estirpe proclive a la maldad o en las palabras sabias de Echandía, un pais de cafres. Si Rousseau hubiera crecido aquí posiblemente no pensaría en la concepción bondadosa del hombre por naturaleza en la que basó gran parte de su teoria de la educacion, sino que se daría cuenta que por alguna extraña razon aqui todo lo que nace, nace torcido. Las contadas excepciones son apabulladas por esta sociedad pútrida y tarde o temprano sucumben a su permanente asedio.
Innumerables ejemplos pueden ilustrar esto. Desde la corrupción generalizada que roba limosnas de iglesia, extorsiona ancianos y discapacitados, se pasa semaforos en rojo, hace trampas en los examenes, se vale del clientelismo hasta para hacer fila en un banco, hasta la conducta envidiosa que creo la maldita frase de que en Colombia se muere mas gente de envidia que de cáncer. De un pueblo que se queja del mundo pero no hace nada por cambiarlo. De una caterva de gente que le gusta ganarse las cosas sin esfuerzo. De un pueblo cuya maxima se reza a diario y se baila a son guapachoso: El vivo vive del bobo.
Y si. Efectivamente no hay un pensamiento colectivo. Pero nunca lo habrá. La mezquindad de todos nosotros es tan inmensa que jamas estaremos dispuestos a sacrificar nada en función de un concepto de bienestar común. Desde el principio de los tiempos esta región del mundo fue infestada de mediocridad y no hay ni habrá campaña cultural, método educativo, dictadura uribista, chavista que reverse esa reaccion en cadena. No hay que desgastarse. De la misma manera que los cerdos se revuelcan en sus propias heces, asi mismo nosotros nos regodearemos una y otra vez en nuestra miseria eclipsada por los memorabilisimos momentos de ebriedad colectiva cuando en el deporte ocupamos un importante puesto 21 (entre 25) que justifica las francachelas del dia del juicio que solemos hacer visibles y que en el imaginario colectivo no explicito son motivos de orgullo.
Dejo esto ultimo como un recuerdo que martille mis sienes cada vez que lo lea en la posteridad. El proposito de esta bitacora finalizó con un rotundo fracaso, como era de esperarse de esta simiente que represento. Hasta nunca.